13/11/11

Fan según Wikipedia es…




Les confieso que a mis 21 años de edad jamás había conocido a alguien con tantas convicciones. No lo digo porque sea mi amiga sino que antes de conocerla personalmente, después de 2 años de chatear, ya disfrutaba de sus locuras “por amor”. Enseñándoles un poquito de mí: soy fan de Juanes desde los 12 años y aún no puedo olvidar el momento en que por primera vez una canción me había arrancado un par de lágrimas. Obviamente desde los 10 venía siendo fan de las ya famosas boy/girlbands, y sonará exagerado pero desde que comencé a escuchar a Juanes sentí un poco de madurez musical. Cuatro años después y desesperada por encontrar a alguien con bastantes afinidades, me tropecé con una página de un club de Juanes y encontré el correo de la persona que ha decidido compartir su experiencia de fan con nosotros. Ahora sí, cuatro años después de eso seguimos vivas las dos para contar que nos ha tocado por alcanzar nuestros sueños y pues es más que obvio seguimos siendo demasiado buenas amigas (es más, migraremos juntas).


¿Qué es ser fan? (realmente)
Sonará un poco romántico idealizador al estilo Petrarca pero YO, Katherine Martínez Alarcón aka Pakita, considera que ser fan es admirar a algún otro (ya sea cantante, pintor, escritor, fotógrafo, etc.) que tiene las agallas para interpretar lo que a veces por prudencia o impotencia nos callamos, su pasado/presente/futuro y obviamente su ser, su humanidad.

Me cabrea mucho cuando dicen: ¡Ay! ¿Eres fan de tal? ¡YA ME IMAGINO TU CUARTO LLENO DE POSTERS, A TI FUGÁNDOTE DEL COLEGIO CON EL UNIFORME PARA GRITAR FUERA DEL HOTEL! ¡QUÉ HORRIBLE! A ver ¿acaso no les han dicho que los estereotipos son malos, malos y nos corrompen? Pues, créanme que desde mis 16 años que llevo oficialmente metida en esto jamás me fugué del colegio y los posters no los cuelgo porque la cinta los daña. Pero es cierto, jamás en mi vida he puesto un poster en mi cuarto ni mucho menos he hecho una estatua de vegetales como lo haría Helga Pataki.




Los fans no somos gente desequilibrada o potenciales asesinos en serie, como Chapman, los de mi raza somos personas comprometidas con analizar y conectarse con el artista. Esto de ser fan es tan épico como la travesía del Cid Campeador.

Anita tiene 23 años y desde que la conozco hace unos 4 años sé que adora y ama a Juanes (como yo) y a David Bustamante. En un pequeño repaso, el primer día que chateamos me contó tanto su experiencia en “Juanatismo” y con David. Si ustedes hubieran leído lo epopeyicas que han sido sus travesías, se reirían pero yo me lo tomé tan en serio porque el último peldaño que se pisa a lo largo de tu vida de fan es eso… materializar con un fuerte abrazo, un regalo y un gracias por cambiarme con tu música.

Sonará tan feeling y hasta bastante ingenuo pero así como leemos poesía y le adjudicamos una voz, también es muy real que la música tiene su voz lírica en pie y materializada: el cantante, Anita lo dice claramente:

Creo fielmente que todos nacemos con un hueco que solo la música puede llenar; las canciones actúan como bisagras que unen y dan sentido a mi vida. Estoy hecha de letras y melodías baladas y poesía. Como psicóloga sé que nos formamos desde un abismo del no saber, buscando en su profundidad un lenguaje y es en la música donde renuncio a ser yo para ser un “nosotros” con el artista. Con Sebastián Yepes aprendí que la música ablanda, fortalece, inspira, da luz y recarga energías, separa de la realidad para entrar en un mundo que solo “nosotros” comprendemos.






El modus operandi
Ser fan implica más que un afiche y discos firmados, es entender el negocio de la música, unir sequitos, dedicarse, defender, encontrar medios, buscar contactos, hacer amistades, vivir en una habitación hipotecada o alquilada, viajar, ser implacable, generar ideas, sueños, buscar apoyo, improvisar, capacitarse y capacitar en las últimas noticias, foros, Facebook, Twitter, Google news, Youtube, ser inamovible, consistente buscando como recompensa que el artista cumpla sus sueños y tú los tuyos. No todos pueden hacerlo.





¿Ven? Uno sueña y lo ve casi imposible de alcanzar. Recuerdo con la boca llena de risas que hace tres años Fonseca anunció por el chismoso Twitter que vendría de concierto. Lo admito, soy fan y mucho más que Anita; obviamente me moría por verlo hasta que nuestra amiga juanatica del Perú, Nathalie, me dijo: acosen a Fonseca por Twitter. Al principio se me hizo feo pero conseguí que mi dúo dinámico, Anita, me ayudara. No dormimos por 1 semana porque Fonseca había prometido un concurso por la misma vía, creo que si el pobre hombre no nos mandó una orden de restricción es porque es demasiado angelical y buena onda. Anita ganó las entradas y su servilleta se quedó sin nada. Pero, mi único consuelo sería verlo así sean 3 minutos antes de irse al concierto. ¡Zas! Que anuncia que le dieron dos entradas a los ganadores y Anita por ser la primera nos fuimos a Golden Box y obvio que lo vi.

Y es que no sólo se trata de fotos que se quedan en un portarretrato, discos firmados y el beso que con agua y jabón se te quita. No, en realidad es una cuestión semántica: esos tres minutos con el artista se vuelven rápidos pero es el instante mismo en donde compruebas que no solo es la melodía sino también el ser como tal. En el caso de Juanes, cuando lo vimos, sentimos que todo él es un mar de letras… una cosmogonía sinfónica. Aunque Anita se pone seria al hablar de esto yo sé que todavía no lo supera. Esto si es una verdadera aventura:

La más descabellada fue hospedarme en una habitación de hotel de mi ciudad sólo porque Juanes estaba hospedado también. Descabellada no solo por la factura, ni por ser mi ciudad sino porque no existían garantías y nos movió la locura en su estado más puro. También descabellada porque no me arrepiento y lo volvería a hacer si pudiera aunque sinceramente las tarjetas de crédito se aprovechan de la locura que genera el artista en ocasiones de un modo muy cruel haciéndonos pensar que era posible sin tener el dinero necesario.
¿Y qué me dicen del preámbulo? El momento anterior a ver a quien tanto adoras:

Creo que los nervios de conocer a un artista que admiro nacen del hecho de que en algún momento me apoye en sus canciones, las acogí, recibí, escapé y aprendí con ellas. Transito en ese mundo que me hizo conocer y opto por hablar con el corazón ya que la razón no funciona. Aquello ya es algo innato en mí y me aferro a ello como cada recuerdo que albergo en mi corazón; Momentos que parecen una alucinación, ilusión óptica o un espejismo; No tengo analogías que verdaderamente describan el momento en que descubrí que el artista no es un ser lejano sino un ser humano con una habilidad anecdótica impresionante como Juanes, un soñador dispuesto a cambiar al mundo a su ritmo de modo apacible y pacifico aún en arenas movedizas. No, Juanes no está al lado de un ángel que toca el arpa, es un soñador y logro identificarme con eso.




¿Agujetas de color rosa? ¡NO!
Pues si ustedes asumen que esto de ser fan es más fácil que coser en punto cruz, se equivocan. Ser fan es una profesión de riesgo porque en el camino los obstáculos con los que se encuentran son mucho más altos que los tubos que Mario Bros salta (sí, también más peligrosos que las plantitas carnívoras y Bowser). Sería bastante trillado decir ser fan es sinónimo de perseverancia, más que eso; ser fan es cuestión de madera como diría Jorge Villamizar.
Largas filas, fans frenéticas (aparte de nosotras), rejas, policías con toletes, cuerpos de seguridad inviolables, son uno de los cuantos impedimentos que nos hacen la vida de cuadritos. Sin embargo, el amor mezclado con un poco de telequinesis los mueve y ablandan.

Creo que a lo peor que una fan se puede enfrentar es a la condición climática, no se rían así es. Nos quita la energía el sol; la lluvia y el frío nos pone muy mal. Eso les digo porque cuando fuimos a ver a Juanes durante el concierto de Live Ecuador no habíamos comido, ni tomado agua pero estuvimos como un roble hasta las 3:30 am que se acabó el concierto. Anita ha vivido esto dos veces, la primera con el señor en cuestión y la segunda con los Backstreet Boys que vinieron a principios de este año:


Lo peor que me he enfrentado por seguir mi sueño ha sido realizar la fila para ingresar al concierto de los Backstreet Boys fueron ocho horas en posición firme, sobreviviendo con una cajita feliz. Soportar jalones, golpes, moretones, empujones, agarrarse de una baranda metálica como deporte extremo y como si mi vida dependiera de ello, gritar, saltar y cruzar el Sahara para conseguir un taxi y al siguiente día viajar a las 6:30 de la mañana y retornar a mi ciudad.






Y por quién hemos armado operativo

La lista no es muy larga porque aquí se trata de gustos, coincidencias y obligaciones. Somos un clan conformado por: Andrea, Anita y yo. Yo me colé al último y soy la menor (Andrea es la vieja jajaja). Mi primera vez (biii) en esto del mundo de la persecución fue cuando vino Adal Ramones en el 2007. Yo, inocente y pueril pensé que eso sería más fácil que cocinar un huevo en microondas, pero ¡NOOO! ¡NOOO ES CIERTO! Tenía 17 años ¡Yisuscraist! No sabía qué decir, cómo actuar. Las fans también tenemos un código de comportamiento. Y créanme, con Adal Ramones me costó fingir un ataque de asma y estar fuera del hotel casi 3 horas.

Anita, obviamente, no quería saber nada y Andrea estaba llorando porque ella “sólo quería una foto” y yo como idiota porque lo quería ver, verle su gorra; decirle ¡oh oh oh digo yo! ¡NADIE ME ENTENDÍA! Ok, me puse histérica. Pero después de habernos robado todas las volantes y que mi tía se le lanzara al parabrisas a Adal la misión fue cumplida y llenamos nuestras expectativas.

Otro operativo con éxito fue uno que armamos con Anita (jajaja, te marginamos Andrea) fue conocer a Jorge Villamizar. Perfecto, día miércoles 22 de octubre del 2009, Pakita con ataque de asma y Anita con uno de ansiedad más fuerte que el huracán Katrina. God Bless Alonso, un amigo que trabajaba directamente con la radio que auspiciaba el concierto de Jorge en Guayaquil. Lo llamé y casi que diciéndole que le iba a regalar mi riñón me dijo: pilas, que te llamo si ese man viene a la radio. Creo que más nos demorarnos en insultarnos antes de cerrar el teléfono que me volvió a llamar para decirme: 12h00 pm está aquí. Amigos, eran las 11:30 am. Yo no había tomado mi remedio y Anita no se había bañado (grave problema). Finalmente, arrastré a mi sacrosanta madre a perseguirlo a Villamizar y pasamos la humillación del mundo: era un meet and greet en donde la gente había participado, nosotras llegamos por ser la hija de la prima del nieto (nepotismo vivito). Lo vimos, Anita enmudeció y yo morada (por el asma y la impresión). Anita tiene un recuerdo más onírico de Jorge, yo lo quiero por ser tan querido y filósofo.

Confieso que a Jorge Villamizar le arriendo mi corazón a ratos, él es artesano de su guitarra y esta su articulación. Lo imagino por las calles de Colombia mostrando sus letras tan fáciles de asimilar y de perfecta sincronía con el mundo actual.







¿Somos fans a tiempo completo?

Obvio que con el cuerpo no, pero si suena el teléfono de las PPF (PowerPuff Girls) estaremos juntas luchando. En el ejercicio profesional de la fan te encuentras con gente de tu mismo nivel de convicciones. En mi caso jamás pensé que después del mail suicida que le mandé a Anita seguiríamos siendo amigas y más adelante conocer a Andrea. O miren, gracias a esto la red se amplia, las fronteras se rompen y conozco fans de Juanes de Perú, México, Rumania, Colombia, Venezuela y bueno… somos internacionales.

Vivimos como fans cuando escuchamos una canción y sabemos que nos mueve la fibra, que saltamos si vemos un concierto reprisado o si lloramos porque algo no está bien. Para algunos con sentimientos más rudos dirán que somos niñas inmaduras que no nos conocen ni en casa, pero no es cierto. Somos tan normales como cualquier otra persona pero que simplemente si la llaman para una reunión con el club estaremos sudando la camiseta.

La conexión que se genera entre fan y artista es mejor descrita como un autorretrato hecho de canciones. En algún momento ellos me retrataron y rellenaron los baches con acordes. Creo que a esto se refiere Juanes cuando decía que dar conciertos era como ir a la iglesia; para él sus conciertos son su doctrina y credo; la cohesión de su ser.
No creo ser el estereotipo de fan colegiala, tampoco fan ilustre; más bien me considero fan conspiradora con el objetivo de cristalizar un sueño. La vida es una elección y es así como estos artistas me eligieron y yo elijo seguirlos.




Encuesta, BEST ONLINE CASINO BONUSES, CAZINO, Online casino, Europacasino

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Lindo me encanto soy amiga de Anita y se perfectamente todo lo q ha vivido porque siempre cuenta con lujos y detalles todo lo q le ha sucedido solo por estar con su artista (y debo decir q siento hasta cierta envidia sana, por la suerte q tiene de tomarse fotos con sus artistas).
Aunque no soy fan a morir de ninguno de los de esta lista (soy fan de arjona 100% y anita lo sabe),siento en el fondo lo q esta escrito aqui, ser fan va mas alla de tener un poster o simplemente comprar sus cds o asistir a sus conciertos, ser fan es vibrar con cada uno de sus canciones, de los acordes de su musica, sentirte identificado plenamente, ser fan es vivir una ideologia y diria yo casi credo, q nadie mas te va a a entender, solo fans igual que tu. Igual que Anita no me ha importado ni el clima, ni el hambre, ni el sueño, ni el viajar a otro ciudad y regresarme el mismo dia, estar en gye a las 5.30am y entrar a trabajar a las 8.30am solo por ver a mi artista. En el fondo se que Arjona no sabe ni que existo, no sabe ni nombre, ni mi edad, pero el solo hecho de escuchar su musica para mi es mas que suficiente. Despues de tanta aventura vivida por Arjona, como dice una tipica frase "nadie me quita lo bailado", y si tuviera q volver a hacerlo lo haria, sin cambiar absolutamente nada.

Anónimo dijo...

Bueno me parece que este articulo muestra realmente como se sienten todas las personas que tenemos algún ídolo musical, muy personalmente admiro a Chayanne, me parece que ser fan describe exactamente al amor por la música en todas sus expresiones, estamos de acuerdo que no solo debemos admirar a los cantantes sino al contenido musical ya que eso expresa la verdadera esencia de las emociones y sentimientos que algún día llegamos a sentir por alguien o por algo. Amar, querer y cantar son buenas medicinas para el alma y siempre encontrar la manera de sentirnos mejor y en paz con uno mismo es uno de los placeres que nos ofrece esta vida.
Sigue adelante.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo, ser fan no es algo sencillo, es de total dedicación con la recompensa de saber el artista aprecia lo que haces y retribuye tu admiración al dedicarte de su poco tiempo en agenda.

Publicar un comentario

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More

 
Design by Fab Themes | Bloggerized by Best Theme - PBT Blogger Themes | Periodismo Multimedia 2011
Light Grey Pointer